LA COMUNA……………………………………POR; JOSE ANGEL SOLORIO

 

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

De tapados y precandidatos

¿Tendremos algún día los tamaulipecos, un presidente de la república?
Quizá.
En política, no existen los categóricos sí, ni los tajantes no.
Históricamente, -y públicamente- hemos tenido un tapado y dos precandidatos.
Tapado, porque jugó con las reglas del sistema político de la posrevolución, las cuales dictaban no moverse -hay que recordar aquella lapidaria de Fidel Velázquez: “el que se mueve no sale en la foto”-, no externar sus deseos más allá de los permitidos por el Ejecutivo federal en turno y armarse de paciencia para ser ungido por el voto definitivo en el partido en el poder.
Un precandidato, es aquel político que se autodenomina como tal, y hace una campaña previa ya sea dentro o fuera de la estructura partidista en la cual milita o es miembro. A diferencia del tapado, puede salir a la calle a pedir apoyos ciudadanos.
Se ha dicho: los dos precandidatos son Tomás Yarrington y Francisco García Cabeza de Vaca. El matamorense, recorrió el país externando sus deseos de ser presidente promocionándose mediáticamente y en algunos espectaculares en varios estados de la república; en tanto el reynosense, ha estado manifestando su sueño de ocupar la silla presidencial nomas por seis años.
El doctor Emilio Martínez Manautou, -matamorense, tamaulipeco, aunque hay algunos que lo señalan como oriundo del pequeño municipio de San Carlos- estuvo a un pelito de rana de ser presidente de la república. Desde la Secretaría de la Presidencia, punto de altísima relevancia en esos años en la jerarquía del gabinete presidencial -casi o más potente que la Secretaría de Gobernación-, generó expectativas para los tamaulipecos.
Y cómo no: había logrado ganarse la confianza de Gustavo Díaz Ordaz, sumándose a su equipo más cercano.
Después de Emilio Portes Gil, no había nacido un tamaulipeco en la política nacional de tanta relevancia.
No pudo llegar.
Perdió ante Luis Echeverría Álvarez.
¿Por qué fue derrotado EMM?
1.- No pertenecía a las élites económicas del país. En lo más alto del poder económico mexicano, fue visto como un ejemplo más del éxito de la permeabilidad de un sistema posrevolucionario; pero hasta ahí. Era considerado, un garbanzo de a libra de la clase política tamaulipeca; no más. Las grandes tareas de la república -en esos momentos- no podía ser dejada en manos de personajes aldeanos, provincianos. Luis Echeverría Álvarez, tenía a su lado a la burguesía tapatía y en lo particular a una de sus más destacadas estirpes: la familia Zuno.
2.- Con todo y su presencia de criollo de la periferia, lo mas rancio de la Nomenklatura tricolor, no terminó de digerirlo. Se movía en las más altas redes de poder, como un arribista, como un advenedizo. En ese mismo espectro, aparecían los Zuno y la institucional operación de LEA, en el violento colofón del movimiento popular-estudiantil de 1968, que le hizo ganar puntos con Díaz Ordaz.
3.- Algunos especulan, que las amistades abortaron la carrera presidencial de EMM. Fuentes de información del gobierno de la república, hicieron llegar a GDO, datos que mostraban al tamaulipeco, en reuniones con intelectuales mexicanos, muchos de ellos simpatizantes y promotores de las movilizaciones estudiantiles del momento.
Comentan que Díaz Ordaz, dijo cuando le mostraron las pruebas de esos cónclaves:
-Que sus amigos, lo hagan presidente de la república.
Ruego, para equivocarme:
Creo, que los tamaulipecos tendremos que esperar un largo -larguísimo- tiempo, para ver como presidente de la república a un tamaulipeco.

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