LA COMUNA…………………………………………….POR; JOSE ANGEL SOLORIO MARTINEZ

 

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Cuatro décadas de esperanza

He visto, porque he vivido, la alternancia en los municipios de la frontera y en el gobierno de Tamaulipas. Debo decirlo: siempre he votado por el cambio. En los años 70, desde las filas del Partido Comunista Mexicano (PCM) –sin registro por esos años–, me sumé como muchos jóvenes de Izquierda a la lucha cívica del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) por echar al PRI de los Ayuntamientos.
Intensa, dura, maciza esa época.
Gobernaba el estado, Enrique Cárdenas González. Político de la vieja escuela: autoritario, silvestre, bronco y hasta prepotente por el apoyo a todo trance del presidente Luis Echeverría Álvarez. Ejerció su autoridad, con excesos: reprimió a dirigentes y candidatos parmistas –unos murieron bajo tortura a manos de la policía, otros en forma sospechosa– y se resistió a abrir paso a gobiernos diferentes a los priistas en los municipios.
Finalmente, miles de ciudadanos en las calles, obligaron al gobierno estatal a aceptar que el PRI saliera de algunos lugares de la frontera: Jorge Cárdenas González y Carlos Enrique Cantú Rosas –el bueno–, inauguraron una etapa histórica en Tamaulipas: la alternancia plena. (Lo del Pichi Sampedro, en Tampico, fue un remedo).
En Río Bravo, voté por Edilio Hinojosa López, para que llegara a la alcaldía; no se pudo: toda la fuerza del PRI y del estado, hicieron alcalde a Moisés Melhem Kuri.
Nunca me arrepentí de mi voto.
En los años 90, el PAN –con un PARM, liquidado por su oportunismo y su mercantilismo, facilitado por Cantú Rosas– reemplazó como fuerza de oposición al partido de la casita blanca.
Otra vez: en Río Bravo, voté por Juan Antonio Guajardo Anzaldúa y una coalición en donde aparecía el PCM y algunos residuos del PARM. Ganó el comerciante, realizando un buen y recordado ejercicio de gobierno.
(En los 80, Severiano Ponce fue lanzado de candidato a gobernador por el PCM. Fue combativa su candidatura, pero testimonial. Obvio: voté por él).
En los mismos 90, Jorge Cárdenas González, con una coalición PAN-PRD, intentó derrotar al PRI y su candidato a la gubernatura, Manuel Cavazos Lerma. No pudo. Mi voto, engrosó la pila de boletas infructuosas.
Se resistía la alternancia.
El 2004, otra vez: ahora competía Gustavo Cárdenas Gutiérrez, por el PAN, contra Tomás Yarrington Ruvacaba. Igualmente: el panismo, era apenas un grupo de bien intencionados políticos opositores. El PRI, todavía tenía músculos vigorosos.
El 2016, llegó una alternancia sui generis: ganó el PAN, con Francisco García Cabeza de Vaca, pero gobernaría igual que el PRI. Es decir: hubo alternancia de partidos, pero no de proyectos. (Por algo anda como anda el estado, actualmente). A mi juicio, la alternancia que pudo ser exitosa, era la opción de MORENA y su candidato Héctor Garza González.
No se pudo.
Este 2022, se me presentó nuevamente la oportunidad de estar al lado de la alternancia, con MORENA y su candidato. Insistente que es uno: de nuevo crucé la papeleta a favor de Américo Villarreal Anaya.
Como se ve: mi voto, viene desde la mitad de los años 70, hasta llegar a esta segunda década del año 2000. Casi 40 años, terco, cavando en búsqueda de darle una vuelta izquierda, a la tuerca de la historia.
Si alguien me preguntara, ¿votarías otra vez por MORENA y Américo?, le diría con el peso de esas cuatro décadas de esperanza:
“¡A guevo que sí!”

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