¿Hasta dónde llega la libertad de expresión?

Cd. Victoria, Tampa; Ante las agresiones físicas que han sufrido algunos compañeros periodistas, hace poco más de un mes nos dimos cuenta en los diferentes espacios, y ahora en el marco del Día Internacional de la Libertad de Expresión, del lugar que ocupa nuestro País en materia de protección a los derechos de los periodistas.

Hoy, las cifras no dejan lugar a dudas: estamos a la mitad de 2022 y la perspectiva en esa asignatura en México parece no cambiar. El estancamiento en las investigaciones de asesinatos y secuestros de periodistas oscurece el horizonte, mientras que las autoridades nunca dan con los responsables.

Así, nuestro país se ha consolidado como el más peligroso de toda América Latina para el oficio reporteril, según lo revela un documento de la organización internacional “Reporteros sin Fronteras”.

México celebra hoy 7 de junio el Día de la Libertad de Expresión en medio de contradicciones. Y es que, por un lado, el discurso gubernamental que asegura que en el México “del cambio” la libre expresión de las ideas ha sido privilegiada, parece tener bases firmes; y por el otro, la realidad exhibe un medio hostil en donde el periodista osado, en su afán por encontrar la verdad, pone en peligro su integridad física, e incluso su vida.

Es cierto, actualmente, como nunca antes el Gobierno de la República ha preservado las libertades democráticas y particularmente la libertad de expresión. Es así como los medios de comunicación —electrónicos y escritos— han podido exponer y denunciar actos de corrupción, complicidades del Estado con el crimen organizado o redes del narco inmiscuidas en dependencias gubernamentales, por ejemplo.

Esto ha traído como consecuencia, entre otras cosas —y principalmente—, una serie de agresiones y, en algunos casos, la desaparición o muerte de comunicadores y reporteros.

Ante tal situación, en su momento la Sociedad Interamericana de Prensa ha pedido a los ministros de Relaciones Exteriores de América, durante asambleas generales con la OEA, que combatan la impunidad que rodea a cientos de crímenes contra periodistas.

El reclamo es generalizado: es indispensable que los gobiernos intensifiquen su lucha por preservar y garantizar las facultades de quienes ejercemos la noble tarea de informar. De nuestra parte, hacemos patente el compromiso de trabajar en favor de la sociedad y en contra de todo aquello que atente contra el bienestar de la comunidad.

Tenemos una tarea difícil, pues en nuestro empeño por retratar la realidad, lastimamos muchos intereses personales y de grupos generalmente poderosos. Pero ese es nuestro trabajo y responsabilidad. La obligación de quienes gobiernan es garantizar el mínimo de condiciones para ejercerlo con libertad y seguridad. Con su venia.

Correo electrónico; joseluis_avila_2@hotmail.com